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INVESTIGACIÓN

LA MESA Y EL TENDEDERO

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Trabajo hecho para la asignatura Puesta en Escena - Repertorio de la Danza, guiada por la maestra Juliana Atuesta. (2019)            

          Este trabajo de investigación nació a partir de una pregunta, de apariencia simple: ¿Cómo percibe una obra de danza una persona con discapacidad visual? En esta pregunta, donde me intereso por la percepción y reacción de estas personas, confluyen muchas de mis inquietudes en relación con aquellos cuerpos invisibilizados, segregados, prohibidos y fragmentados por la sociedad, cuerpos considerados incompletos y carentes, no aptos para circular, desarrollar una profesión, acceder a la cultura, a la política, sin aptitudes para tener relaciones interpersonales, tener éxito… en definitiva, para tener vidas plenas y participativas en las dinámicas sociales. Pienso que esto se da, en el caso de las personas diagnosticadas con alguna discapacidad, ya que, como recupera Laisvie Andrea Ochoa et al de Benjamin, la discapacidad solo parece ser vista desde el lente del doctor, colocándolos en una posición de pacientes, de seres pasivos, (Benjamin, 2002) generando que “nuestras sociedades reproduzcan prácticas de segregación y fragmentación y que se instaure una asociación entre discapacidad y enfermedad en el imaginario colectivo” (Ochoa et al, 2018).

            Aquí es donde me cuestiono, situada como bailarina, artista y creadora, por la participación y el acceso a la cultura por parte de estas personas, ya que es notorio como la mayoría de las producciones culturales en Colombia están dirigidas a un tipo de público en el que no se los incluyen, y que no indagan en ampliar la obra hacia otros sentidos más allá de la vista y el oído. En estas dinámicas culturales se evidencia que “no son las limitaciones individuales las raíces del problema, sino las limitaciones de la propia sociedad, para prestar servicios apropiados y para asegurar adecuadamente que las necesidades de las personas con discapacidad sean tenidas en cuenta dentro de la organización social” (Palacios, 2008). Sucede también, que desde la producción cultural también son censurados estos cuerpos: muchas veces la puesta en escena valora una estética de belleza homogénea que oculta las diferencias, o en los espacios de danza, al entrar una persona con discapacidad, no se cuestionan o reformulan los modos de dar la clase y relacionarse, las formas de evaluar y crear, o incluso las perspectivas estéticas, dejando toda la responsabilidad de adaptación al ingresante (Ochoa et al, 2018).

            Si bien esta investigación es un primer comienzo que no pretende dar conclusiones ni respuestas concisas, donde trabajaré de forma muy situada en conjunto a personas con discapacidades visuales, mis inquietudes se dirigen hacia todos los cuerpos existentes, buscando reivindicar, tanto hacia la escena artística como hacia dentro de mis creaciones, la diferencia y reconocer las singularidades de cada persona, conectar las nociones de deficiencia con las de potencia e intentar dar a conocer la  importancia que tiene, en la creación artística y el desarrollo cultural, una perspectiva más amplia e inclusiva de las experiencias de todas las personas.

            Al principio de la investigación pensé en trabajar con un grupo más grande, pero por la falta de disponibilidad y dificultades organizativas, opté por comenzar mi investigación con Lady Sarmiento y David Celeita, de 26 y 29 años respectivamente, estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia y quienes se ofrecieron gustosamente como voluntarios. No es de mi interés ahondar en los diagnósticos clínicos asignados a ellos como personas con discapacidades visuales, tampoco creo estar calificada para ello, pero encuentro menester aclarar que David posee capacidades visuales que se encuentran en la percepción de las luces, mientras que Lady, además de las luces, es capaz de percibir e identificar algunas formas, especialmente desde cerca, pero que se circunscriben a sombras o colores no muy definidos.

            La obra de danza a la cual asistimos fue “La mesa” del colectivo Cortocinesis. Previamente organicé la participación, comunicándome con el colectivo y solicitando, al espacio donde iba a ser presentado, las butacas más cercanas al escenario. Antes de la obra, junto a mi compañero Antú Martínez, invitamos a Lady y David a compartir unas onces: mientras comíamos llevamos a cabo un registro videográfico donde plasmamos una larga conversación que tuvimos respecto al cómo eran vistos en la sociedad, como se autopercibían en relación con sus condiciones y que pensaban sobre las propuestas culturales en Bogotá. Luego llegada la hora partimos los cuatro. La obra aconteció y al salir compartimos muy brevemente las experiencias allí vividas, parte de la idea era realizar una entrevista unos días después, lo que sospecho aportó a guardar un poco de la experiencia para dicha cita. Lady y David volvieron a sus respectivas casas, mientras que yo volví con Antú compartiendo los sentimientos, pensamientos y expectativas de lo que acababa de suceder.

           

            Para la entrevista, David no pudo asistir por lo que solo pude registrar la experiencia de Lady, sin embargo, luego él envió un audio donde relataba las suyas. En estos encuentros encontré una amplia gama de sentidos que no le había percibido a la obra, por ejemplo David compartió de una forma más conceptual opinando que “era una historia de unos personajes que buscaban siempre el orden… pero siempre hay algo que buscaba ese desorden a nivel social, a nivel mundial… y entonces ellos lo que intentaban era mantener el control” por otro lado Lady compartió percepciones más bien visuales, donde narraba como veía extremidades sueltas danzando, ya que al ser el fondo del escenario negro, y los bailarines estar vestidos del mismo color, los brazos y piernas descubiertos resaltaban, dibujando figuras, en palabras de Lady, “súper locas”.

            Estos registros, si bien son algunos ejemplos de las variadas vivencias que Lady y David tuvieron respecto a “La mesa”, nos sirven para evidenciar el inmenso campo de posibilidades sensitivas por las cuales el público puede vivir las obras. En los relatos de Lady y David hay referencias a luces, sombras, tamaños, velocidades, estados de ánimo, sonidos y texturas, que construyen un modo de estar y sentir la obra, único y de tal amplitud que torna de suma importancia, a la hora de pensar como la obra llega al público, sostener una perspectiva que parta de evitar generalizar las experiencias de ciertas personas. A mi parecer las generalizaciones en los espacios culturales corren con el riesgo de homogeneizar las particularidades, y lo rico del arte y la cultura es precisamente, los múltiples focos que nos ofrecen las vivencias personales y únicas de todos los sujetos.

            En la entrevista previa a la obra, Lady y David nos dieron a entender como el imaginario social construido hacia las personas con discapacidades visuales (y hacia todas las demás “discapacidades” me animaría agregar) tienden a verlos como personas limitadas, incapaces de tener vidas plenas, de disfrutar, como personas “que no loquean” como decía Lady. Esta construcción niega la diversidad de capacidades que todos tenemos al enfrentarnos a los distintos retos del día a día, y la posibilidad de desarrollar formas más amplias de percibir el mundo, “es de suma importancia entender que la sociedad necesita de los aportes de las personas con discapacidad del mismo modo que el de las personas sin discapacidad” (Op. Cit.), ya que las singularidades de cada quien tienen la suficiente potencia real como para que todos podamos aprender. Más adelante intentaré articular estos pensamientos con la labor artística.

            Esta visión de la obra que me dio Lady y David me llevaron a concebir un material audiovisual con la intención de, basándose en los relatos registrados, insinuar o sugerir metafórica y poéticamente modos de percibir diferentes a lo acostumbrado. En este sentido, decidí que el material sea presentado mediante dibujos en vez de personas u objetos “reales” pensando en contribuir al desarrollo de la imaginación y percepción de las descripciones que Lady y David tuvieron acerca de la obra, ya que, considero indispensable el desarrollo de dichas facultades para cuestionarnos más a fondo el público para quien dirigimos una obra de danza.

            En la charla que tuvimos para conocernos y plantearles el trabajo, Lady comentó algo con lo que siento gran afinidad, ella decía al respecto de las obras inclusivas, que le parecía mejor que “obras para ciegos” o “para sordos”, obras para todxs, donde todas las personas puedan percibir y vivir la obra desde múltiples ángulos. En mi experiencia encuentro que son muy pocos los espacios que generamos para este tipo de propuestas, donde podría resaltar la pionera e inmensa labor del colectivo ConCuerpos. Por eso pienso que es necesario que lxs artistas, en especial en la danza, indaguemos más maneras de incluir todos los tipos de cuerpos en la creación, tanto para afuera (público) como hacia dentro (ejecutantes), construyendo un espacio donde se valore, por encima de todo, la diferencia y se aleje de toda discriminación. Encuentro imprescindible para un amplio desarrollo de las artes escénicas, aprender otros lenguajes, en este sentido rescato un fragmento muy crítico del video In my language de la activista con autismo Amanda Baggs: “Encuentro, por cierto, muy interesante que fracasar en aprender tu lenguaje es visto como un déficit mientras que fracasar en aprender el mío es visto como muy natural, que gente como yo sea oficialmente descrita como misteriosa y confusa en vez de admitir que son ellos mismos los confundidos y no la gente autista o con otra capacidad cognitiva quienes están confundidos por naturaleza. Nosotros somos incluso vistos como no-comunicativos si no hablamos el lenguaje estándar, pero otra gente no es considerada no-comunicativa si son desconocedores de nuestros propios lenguajes, ya que creen que no existen” (Baggs, 2007)

            Creo además que la obra, al abrirse a nuevas formas de transmitir, gana nuevos sentidos y significaciones, ya que puede abordar un espectro más grande de sentimientos, evocaciones y percepciones de la misma. Brugarolas dice al respecto: “No es una adaptación, no es un incluir a unos en otros, es una creación, algo que no existía previamente, algo con unos bordes difusos que está en continuo cambio, tanto como el que se atrevan a explorar sus componentes” (Brugarolas, 2015, Pág. 439).

            Luego de mostrar el material en clase noté un paralelismo interesante. Al dialogar con Lady y David, me doy cuenta de que en su memoria hay una recopilación o archivo de vivencias y de imágenes que apoyan su percepción y opinión sobre la obra, como una gran biblioteca de la cual pueden “echar mano” para dar explicación racional, visual, de sensación o de cualquier otra percepción sobre la misma. Este mismo desarrollo de archivo interno, lo veo reflejado cuando presento el material audiovisual y mis compañeras y compañeros hacen imágenes o caminos, viendo los dibujos que apoyan los comentarios de David y Lady en el video. Creo, en este sentido, que todxs estamos incompletxs y el problema no está en saberse incompleto si no que a veces se estigmatizan ciertas características para desvalorizar a ciertas personas. O, dicho de otra forma, todxs somos seres completxs en nuestras carencias, todxs somos cuerpos válidos.

            Para concluir, este es un trabajo que intenta dar los primeros pasos para indagar en la manera de cómo y a quien están dirigidas nuestras creaciones. Es una inquietud que atraviesa mis intenciones y sentimientos en mi labor de artista, que mientras más indago, más preguntas encuentro, pero así también, más puntos de apoyo desde donde crear movimiento. Más que certezas, dejo incógnitas para reflexionar juntxs.

 

           Esta investigación fue posible gracias a la buena disposición y colaboración de Lady Sarmiento, David Celeita, el colectivo de danza Cortocinesis que desde un principio mostraron su gran interés por contribuir en todo lo posible, las personas que en La Casa del Teatro Nacional estuvieron todo el tiempo al pendiente de nuestra comodidad y bienestar y de Antú Martínez que con su gran apoyo, acompañamiento, comprensión y críticas constructivas hace de este un proceso provechoso.

 

 

Bibliografía:

  • (BENJAMIN, Adam. “Making an Entrance”. En: Theory and Practice for Disabled and Non Disabled Dancers. Londres: Routledge, 2002. p.12

  • BRUGAROLAS, María Luisa. “El cuerpo plural. La danza integrada en la inclusión. Una renovación de la mirada”. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia, 2015. p. 439.

  • OCHOA, Laisvie Andrea, Andrés Lagos, Diana León, Mónica Jaramillo Sanjuán, Alejandro Penagos. “Cuerpos potentes, Prácticas y reflexiones sobre el encuentro” (2018)

  • PALACIOS, Agustina. “El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación”. En: Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Grupo editorial CINCA, 2008. pp 102-104.

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