DECLARACIÓN DE ARTISTA
Cuerpo con hambre de conocimiento a disposición de la creación. Erotizada por la improvisación, indago en el movimiento desde la danza contemporánea. Soy una artista a nivel conceptual e interpretativo. Cuando me embarco en los procesos creativos, imagino al movimiento indisociable de los elementos de la puesta en escena. Para mí, la creación implica un abordaje rizomático que abarca la multiplicidad de expresiones que me vitalizan, desde la ejecución de piezas, hasta los campos de desarrollo del evento escénico, tales como producción, dirección de arte y vestuario. Dahlia Carmín, es mi ser creador.
Todo mi quehacer está imbuido en una consciencia somática que me permite un trabajo directo e íntimo con el otro. Desde allí, me nutro de las herramientas de diversas prácticas y disciplinas como la danza contemporánea, el teatro físico, el yoga y la creación instantánea para profundizar en el estudio e investigación del movimiento.
Desde las artes escénicas he sido testiga de cómo el movimiento consciente es un acto transformador para el reconocimiento propio y del otro, es un lenguaje puesto a disposición de lo que no se puede nombrar. Soy artista de movimiento porque creo en él como un creador de puentes empáticos entre nosotrxs, abriéndonos a otro modo de sentir la vida y habitarla.
El cuerpo desnudo como forma primaria del ser humano, es una de mis principales pulsaciones, interpelando la percepción que la sociedad occidental tiene sobre este: su sexualización, censura, temor. De manera extendida, mi búsqueda se dirige hacia todos los cuerpos existentes, buscando reivindicar la diferencia y reconocer las singularidades, intentando dar a conocer la importancia que tiene, en la creación artística y el desarrollo cultural, una perspectiva más amplia e inclusiva de las experiencias de todas las personas.
En este sentido sostengo que una auténtica inclusión en la danza debería preocuparse por las problemáticas en torno al acceso de la misma en las poblaciones más vulneradas, y apostar por dinámicas comunitarias que pongan foco en procesos artísticos y sociales colectivos desde una mirada crítica, constructiva y con un aporte significativo para la sociedad. Parte de mi labor se dirige hacia estas convicciones.
Considero que el acto escénico supone un variopinto de posibilidades e interpretaciones del que indiscutiblemente me siento dichosa de ser parte. En él, disfruto y padezco, como la vida misma.
Foto.
Just Him