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EVALUACIÓN DE MAESTRO

HUMBERTO CANESSA

En la Carrera de Artes Escénicas se matriculan muchos diferentes tipos de estudiantes con cualidades muy diversas: los hay con gran determinación y disciplina y también hay otros con mucho talento, entusiasmo y creatividad natural. Cuando recuerdo a Paola Andrea Atuesta tengo presente a una estudiante con muchas de estas cualidades, pero además con una particular manera de reunir todas ellas y ponerlas al servicio de su gran deseo de estar y ser parte de la escena. Plena de una gran espontaneidad, fresca y con una potencia creadora que abarca muchos aspectos desde la gestión, la ejecución, la creación hasta la producción de vestuario, puedo decir que en cada una resulta poniendo parte de su personalidad (siempre interesante) es decir que siempre pone todo su corazón en ello.

 

Cuando la vi y conocí por primera vez fue en una clase de Técnica Básica de Danza Contemporánea que compartí con la Maestra Isabel Story y que también tuvo un período de trabajo con la Maestra Claudia Capriles, en esta materia al principio parecía que su trabajo en clase no era completamente consistente ya que se encontraba retomando la danza y se sentía al principio una gran fragilidad y que debía hacer un trabajo mucho más consciente y con mayor detalle y determinación.

 

En las primeras retroalimentaciones que tuvimos fue precisamente lo que conversamos y se lograron establecer preguntas más concretas para avanzar en su proceso y que le dieran claridad en cada uno de los propósitos y metas, ayudándole a definir que le proporciona la técnica a su ser creador. Partiendo del principio de que “el que conoce su celda conoce su libertad” o como solíamos decir “quien conoce sus limitaciones conoce sus posibilidades” se quiso dar un vuelco al por qué y para qué del desarrollo técnico y como los fundamentos nos permiten dialogar libremente con el propio cuerpo y sus intenciones, convirtiéndose en el medio para alcanzar una meta expresiva y no en el fin de la misma.

 

Con esto en mente fue muy rico poder recibir a Andrea en el segundo semestre del 2018 en la audición del Ensamble de Danza Contemporánea que titulamos “Mudanzas”, un proceso centrado en el trabajo para espacio no convencional, analizando la relación del cuerpo y la arquitectura, desde su presentación en esta audición sabía que tenerla en el proyecto sería un excelente aporte y tendría una fuerte repercusión en el resultado final y así fue; en el trabajo de mesa y en la gestión del proyecto se mantenía a veces distante y silenciosa, pero en el momento en que hacía algún observación era aguda y muy enriquecedor escuchar su punto de vista siempre atendiendo aspectos que muchos ejecutantes no solían tratar o ver, siempre propositiva y con una excelente disposición al juego escénico.

 

El proceso a su lado fue muy intenso y provocativo, sobre todo observar como ponía a prueba todas sus habilidades en la improvisación para producir un unipersonal, tarea que cada ejecutante debía realizar, a partir de la idea temática y pregunta: ¿qué es aquello que me ha hecho mudar, transformarme a lo largo de mi vida? El resultado de su propuesta para este Ensamble fue notorio y especial, no sólo logró coordinar música en vivo, trabajar con un elemento detonante que generaba un gran impacto, sino que además tuvo la disciplina de portar el objeto a cada ensayo sin ningún problema, lo cual denotaba su confianza y determinación en lo que estaba produciendo. Finalmente para su escena desarrolló un lenguaje de movimiento de una gran intensidad, novedad y autenticidad, utilizando la desnudez como un potenciador de su propia liberación y su visión natural del ser, más allá de ataduras, convenciones o censuras, con esto logró una pieza única de gran sensibilidad y honestidad escénica que se agradece hasta el día de hoy.

 

A partir de esta experiencia escénica y después de ver en detalle las capacidades de Andrea en el área de lo creativo fue un gusto verla matriculada en el Laboratorio de Composición Coreográfico, una materia que nos permitía entrar con más detenimiento a trabajar con su capacidad de generar lenguaje y su potencial coreográfico, que definitivamente le permitía evolucionar su posibilidades como investigadora y creadora: verla trabajar en las largas sesiones de improvisación era realmente hipnotizante por su capacidad de sumergirse en los procesos de investigación, jugando con las pautas hasta las últimas consecuencias; esta materia fue compartida con la Maestra norteamericana Jillian Harris, en la primera etapa debían hacer un trabajo Corpográfico es decir una investigación en primera persona e individual y en la segunda parte del proceso debían trabajar con otros ejecutantes del colectivo.

 

Su trabajo coreográfico tuvo como punto de partida una experiencia personal adquirida a partir de un viaje a la laguna de Tota: su visión de habitar los diferentes espacios, terrenos, micro climas y elementos como el agua dieron por resultado una pieza de gran simplicidad técnica (una cualidad más bien importante de resaltar por sus vibraciones minimalistas), así como por su detallada sensorialidad, sin perder de vista la sensualidad que ya de por sí hacía parte inherente de la forma creativa de Andrea. Tanto la pieza individual como la colectiva fueron de una gran belleza y sensibilidad y me permitieron ver en ella todo un potencial para la investigación coreográfica, creando universos escénicos que pueden ser disfrutados por muchos tipos de participantes.

 

Su relación con la consciencia que le aporta el estudio de la Somática y sus constantes preguntas sobre la técnica en relación con lo creativo la condujeron a tomar las riendas de su aprendizaje desde todos los ángulos y evolucionar a un nuevo estadio de su proceso, esto fue algo muy notorio en nuestras clases de Técnica Básica de Danza Contemporánea que continuó recibiendo junto con la Maestra Sara Regina Fonseca durante los próximos dos semestres. Prácticamente este enfoque le ayudó a progresar con claridad y a tomar con mucha más visión, paciencia y determinación todo lo referente a su desarrollo técnico, podría decirse que se puso en la “primera fila” de su propio aprendizaje y su trabajo en clase realmente se empezó a volver ejemplar para otros estudiantes. Este entrenamiento fue determinante para sentir un avance y crecimiento importante en el trabajo de Andrea y era algo que tanto yo, como otros maestros podíamos notar claramente.

 

Hablamos de que llegan muchos tipos de estudiantes a la Facultad de Artes Escénicas y en la gran mayoría existen factores determinantes para realizar la carrera con éxito: determinación, disciplina y definitivamente creatividad y singularidad, posiblemente en el caso de Andrea estos últimos la llevaron a afianzar todo su poder y potencial a través de los dos primeros: ella es un buen ejemplo de que eso que te hace único te ayuda a nombrarte y sabes que eso que te nombra debe ser tomado en serio y potenciado a sus máximas expresiones si quieres ser alguien en el medio artístico.

 

Al pensar en Andrea Atuesta tengo presente a un ser sensible, creativo, investigador y podría decir que hasta extravagante, exótico, único, uno de esos seres que vibran en dimensiones a veces inalcanzables para la mayoría pero que al mismo tiempo son como niños jugando con mundos paralelos y precisamente por eso logran conectar con cada persona. No puedo menos que desear que esta nueva travesía fuera del Alma Mater la lleve a viajar por esos profundos universos tan especiales que sabe inventar, imaginar y crear para nosotros, aquellos que no podemos menos que asombrarnos de saber que existe la magia personificada en seres llenos de luz como lo es ella.

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