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EVALUACIÓN DE MAESTRA

SARA FONSECA

Conocía a Andrea Atuesta en una clase de Técnica Básica de Danza Contemporánea en nivel inicial, y luego tuve con ella dos semestres más de la misma técnica, pero en nivel intermedio. Andrea es una bailarina con un movimiento muy particular. Su cuerpo es maleable y articulado. Ella tiene un tiempo bastante personal y su danza genera una sensación de intimidad. Estas cualidades son bellas y hacen de Andrea una bailarina con personalidad. Creo que el reto para Andrea es montarse en otros ritmos y formas, y este reto se vuelve más evidente en las clases de técnica. Al principio yo sentía que Andrea no se esforzaba lo suficiente por lograr aspectos como la velocidad, la precisión en los diseños espaciales y los cambios de dinámica.

Era difícil para mí saber si ella en realidad quería retar su manera habitual de danzar, porque además veía todos sus potenciales físicos. Recuerdo que la empujé un poco y que hablamos de todo esto. Andrea es una persona sensible, humilde y receptiva, así que fue muy fácil conversar con ella. Creo que Andrea se propuso a lograr ciertas cosas específicas, y la verdad es que ese esfuerzo se notó en su movimiento. Ella es muy capaz, y aunque necesita su tiempo, es muy hábil para identificar lo que necesita activar en su cuerpo. Quizás su preocupación por algunos detalles la detiene para lanzarse a probar lo que no conoce.

Cuando ella improvisa, la danza fluye con plenitud. Yo siento que Andrea tiene bastante claridad en lo que le interesa como bailarina, y me parece que su búsqueda consiste más en un viaje interno, que en una gran versatilidad técnica. Es un camino igual de complejo y válido. Sin embargo, desde mi papel y mi perspectiva, creo que para ella va a seguir siendo provechoso meterse en las pieles ajenas de técnicas diversas, no tanto con el objetivo de adherirse a ellas, sino más bien como una manera de encontrar otras posibilidades latentes en su particular manera de moverse.

Andrea tomó más adelante el Laboratorio de Movimiento de Laban Análisis. Con su vocación para la improvisación, fue un placer verla en esta asignatura. El marco de estas clases consiste en exploraciones con búsquedas muy específicas, pero sin códigos de movimiento. Curiosamente, mi percepción es que en este contexto Andrea encontró una diversidad de dinámicas y cualidades que le fueron difíciles de encontrar en las clases de técnica de danza. Creo que si Andrea mantiene viva la retroalimentación entre laboratorio y técnica, sus posibilidades de movimiento van a seguir floreciendo y enriqueciendo cualquier camino que ella decida tomar como bailarina.

 

Finalmente, he tenido a Andrea en la Puesta en Escena Historia de la Danza Siglos XIX y XX, primero como estudiante inscrita y luego durante varias clases como asistente. Su presencia en esta asignatura ha sido muy bonita, pues se siente en ella un gran interés y una sincera disposición para la escucha. Andrea hace intervenciones muy interesantes durante las clases, y en sus reflexiones puedo ver que ella se conecta con las preguntas y las elaboraciones críticas que propone la asignatura.

 

Recuerdo de ella un ejercicio que a menudo referencio como ejemplo, pues fue muy acertado en tanto que materializó en una puesta en escena un cuerpo histórico del siglo XIX. Fue un ejercicio sencillo, pero con mucho potencial. En su proyecto final, Andrea presentó una serie fotográfica muy bella a partir de su marcado interés por el cuerpo desnudo. Aunque pienso que en este trabajo las preguntas medulares de la clase tendieron a diluirse, yo creo que Andrea logró identificar conceptos y herramientas de análisis que seguramente seguirán dando frutos en el futuro. Ella es intelectualmente curiosa, y creo que tiene mucho potencial para integrar sus preguntas político-sociales a su particular manera de crear danza.

Para mí ha sido muy grato compartir con ella tanto en el estudio como en los pasillos. Andrea es una persona muy amorosa, inteligente y sensible. Creo además que, desde su suavidad y amabilidad, ella también es una mujer rebelde que se resiste a la inercia de lo que “debe ser”, y que se cuestiona muchas cosas todo el tiempo. Si fuera pertinente, yo insistiría en que se lanzara a la acción con más riesgo y foco, pues en las rupturas con lo que fluye también surgen transformaciones contundentes y descubrimientos sobre uno mismo. También le insistiría en que intentara ser más rigurosa con la puntualidad, y en general con los ritmos que otras personas proponen. Su laxitud con algunas cosas, como el tiempo, pueden opacar un poco lo que yo veo como un genuino apasionamiento por el oficio de las artes escénicas.

 

Estoy segura de que Andrea tiene mucho por aportar como artista y como ser humano que sabe escuchar y tomar decisiones generadoras de cosas positivas en el contexto en el que se encuentra. Yo estaré muy feliz de verla desarrollar sus intereses, crear desde su propia voz y vivir a plenitud su vida profesional. Será un placer también seguir intercambiando e interactuando con ella en el futuro.

 

Con gran cariño,

Sara

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