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EVALUACIÓN DE PAR

ANDREA CAMACHO

Conocí a Andrea en el segundo semestre del 2017 durante el Cierre del Ciclo Básico dirigido por Martín Inthamoussú. A partir de ese momento hemos tenido la oportunidad de compartir en otras clases de la carrera como el ensamble de danza contemporánea dirigido por Rafael Nieves Quitapesares, el laboratorio de Diseño para la Escena, dos técnicas básicas de danza contemporánea, y tres puestas en escena: Visión Somática, Cuerpo y Nuevos Medios, y Danza siglos XIX y XX.  Además de ser compañeras de estudio, a lo largo de estos años hemos tenido también el privilegio de construir una amistad y es desde estos lugares que aquí presento mi percepción del proceso de Andrea como artista escénica.

Para empezar, quiero destacar que, desde el momento en el que nos conocimos, Andrea se me presentó como una persona madura y con una experiencia vital más amplia que la mayoría de los compañeros de la carrera. Esto resonó profundamente en mí, porque yo venía de hacer otra carrera y encontrarme con alguien que estuviera en un momento de la vida parecido fue tranquilizador y acogedor. De esta resonancia, que a mi parecer fue mutua, no solo empezamos a construir nuestra amistad, sino además empezamos a congeniar mucho en términos creativos. Creo que a lo largo de la carrera Andrea es la persona con la que más he hablado respecto a mis intereses éticos, estéticos y políticos, y sin su compañía y reflexión constante mi propio desarrollo como artista no habría sido el mismo.

Teniendo esto en cuenta, considero que una de las características más potentes de Andrea como artista es su capacidad para generar diálogos profundamente reflexivos con otros y, desde ese lugar, construir e impulsar procesos creativos. En las técnicas básicas que compartimos pude percibir que ella es una persona muy entregada al estudio, a la comprensión desde su propio cuerpo de las técnicas que se nos proponen, y, a partir de allí, tiene la habilidad para interrogar lo que ha aprendido y transformarlo desde sus propios intereses estéticos y expresivos.

 

Esta característica se hizo más clara para mí en el proceso que compartimos con el ensamble de Quitapesares. En este caso, y relacionándolo con las ocasiones en las que la he visto en escena por los otros ensambles que tomó, comprendí que Andrea tiene toda la habilidad para hacer frases de ballet, danza moderna o danza contemporánea con todo el rigor que estas técnicas requieren, pero decide no hacerlo porque tiene claro que sus intereses expresivos van por otros caminos. Creo que esta claridad es fundamental a la hora de pararse como artista escénica en el contexto colombiano, y es algo que le aplaudo y le animo a que siga cultivando.

Junto a esta franqueza en torno al cómo quiere expresarse, a lo largo de la carrera Andrea también se ha ido construyendo un camino como artista interdisciplinar. Ella no es solo una bailarina, sino además ha tenido un gran interés por los estudios somáticos, el teatro gestual, la relación entre música y movimiento, la investigación audiovisual y la dirección de arte. Este último aspecto, que yo ya había conocido un poco desde su trabajo con el diseño de vestuario para varios ensambles incluyendo el de Quitapesares, se hizo más evidente cuando compartimos el Laboratorio de Diseño para la Escena. En esta clase su habilidad para pensar el mundo en términos de colores, texturas, tamaños y composición de imagen se hizo tan clara y su trabajo tan pleno y feliz, que nos impregnó de su entusiasmo a muchos de los que estábamos allí y su hacer y reflexiones fueron de suma importancia para quienes apenas ingresábamos al mundo de la dirección de arte.

Otro aspecto que quisiera resaltar del proceso de Andrea es su constante interés por el cuerpo desnudo y las formas en que este ha sido históricamente censurado, sexualizado o explotado. Desde el cierre del Ciclo Básico, pasando por las puestas en escena de Danza siglos XIX y XX y Cuerpo y Nuevos Medios, hasta nuestras conversaciones cotidianas en la facultad o en zoom cuando empezó la pandemia, la principal obsesión de Andrea ha sido el cuerpo desnudo; cómo este se pone en escena, qué significados se le pueden dar y qué implicaciones tiene, tanto para la artista que se expone como para el participante que observa. A mi parecer este es un tema de investigación con tantas aristas posibles como aristas tiene la vida, y el hecho de que Andrea lo haya ido profundizando durante su proceso en la carrera es evidencia de que es un motor fundamental de su hacer como artista.

Finalmente, de Andrea destaco su disciplina y constancia, su capacidad para lograr todo lo que se propone sin importar lo retador que pueda ser; esto es algo de lo cual yo sigo aprendiendo todos los días y le agradezco de corazón. Espero seguir siendo partícipe de los universos hermosos y bizarros que Andrea bien sabe crear, y la impulso a que siga investigando desde su propio cuerpo y movimiento para que pueda darle nuevos alientos a la escena dancística en Colombia. Hacer parte de su paso por la carrera de Artes Escénicas ha sido todo un honor y una alegría.

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